domingo, 6 de julio de 2025

“ ¿ NECESITAS AIRE…? “

 


Aire. Necesito aire…

Dos amigos. En extremo, altos y delgados. De envidiosa flexibilidad. Apartan el aire a su paso, tal es su prestancia. Su “savoir faire”.

Susurran más que hablan. A veces suben una octava o quizás dos, sólo cuando me ven casi a punto de explotar porque no me entero, no me llega su discurso.

Sus grandes ojos de iris irisados, siempre en movimiento. Girando en sus órbitas, cada vez a más velocidad como dos Marujita Díaz, en sus mejores tiempos.

Van conmigo. Aquí y allá. También a acullá. De la ardentía solar a la brisa plácida.

Me otorgan compañía fresca por la mañana y necesaria en estas noches tórridas de verano.

Y es que tod@s necesitamos aires renovados, transformadores, revitalizadores…

 Alquimistas de pensamientos, sentimientos y emociones.

 



lunes, 19 de mayo de 2025

“AMOR RELLENO DE CROISSANT CON NOCILLA”


Nada de lo que diga aquí es resultado de la autocompasión ni de la compasión de los demás. 

Cuando flotas en el mar y miras hacia las nubes, con los pulmones llenos, con total naturalidad, en ese mundo, acuoso y aéreo que es el que importa… ¿Dónde estáis? ¿Dónde habéis ido a parar? ¿Por qué sigo sintiéndoos en todos mis recuerdos, flotando y oliendo a mar? ¿O a lago & río, de pura montaña? Cálida bajo el sol y helada como pollo en la balsa de Benigüengo, en los lagos de la Pica d’Estats o en el bravo Cinca…

¿Las pérdidas son amor relleno cómo un croissant con Nocilla? ¿Así, blandito y dulce? Tengo muchas preguntas sin respuesta. Porque no hay Dios que las sepa. Ningún Dios. Ni el tuyo, ni el mío.

Igual os vivo junto a mí, en otra dimensión – la quinta, la sexta- como por miedo, por procrastinación, por ignorancia, por desidia… Nunca os viví en esta, como yo hubiera querido.

¿Qué me enseña todo esto? Soy sobrepensadora. Desde hoy, dejo de serlo. Y, a partir de ahora, viviré a través de las sensaciones, las miradas, los abrazos, las risas y el sexo (con Vagisil…jajaj)

¡Adiós, ego de mierda!… ¡Se acabó mentirme y justificarme a través de la sociedad esa, de las formas y de quedar bien!

Todos tenemos una lista muy larga de pérdidas espinosas como las rosas y sólo, cuando su rojo pasión impacta en nuestras retinas y en nuestro corazón, nos damos cuenta de lo que somos capaces de comprender, regalar, ser, estar para y por los que SIEMPRE han estado y están, en nuestros peores momentos.

ELL@S SEGUIRÁN AHÍ. Contados con los dedos de una mano. Suficientes. ¿Para qué más? 

Igualmente, en las nubes, inspirando y flotando entre agua y aire: Mis amigos adolescentes, montañeros y locos, mis hijos no natos, mi madre, Germán, mi tía-madre, mi padre, Agus, Josep…

¡Dejaros atrás es convertiros en Nocilla de mi croissant! De ese momento maravilloso de la mañana, con café ristretto y los mirlos cantores de mi terraza.


* Obra original y única de @martantares “Balsa de Benigüengo (València)”

 


sábado, 10 de mayo de 2025

“ UN EPIPREMNUM EN MI NEVERA”


Hay seres que nos atraen más que otros. El por qué, no lo sabemos, sólo elucubramos, según nuestro interés. Hasta ahora todo lo verde que había en mi casa -ni hombres, ni lechugas, ni coles- era un mundo aparte del mío.

Existía, pero su presencia como mucho, era una mirada o un olfateo al aire. Incluso me dignaba a cerrar los ojos, dejándome llevar por lo evocador de ese aroma o de su color. Nos ha pasado a todas. Hay un mecanismo en nosotras que si las pituitarias o retinas -veloces ellas- pituitean o retinean libres, a su aire, sin control... Lagrimeas o ríes como loca recordando (y en cualquiera de los casos sin Ausonia estás perdida)

¿Desde cuando hablo con ellas? No lo sé. Pero siento alivio cuando lo hago. Les hablo en voz alta y cada letra la visualizo, ortograficamente, con letra redonda y entre líneas paralelas. Esas caligrafías obligadas de cuando las monjas... ¡Pobre de mí, si el palito de la “ l ” se iba a los Cerros de Ubeda! 

Viven. Verdes y altaneras. Unas más que otras. Ellas saben responderte y si eres observadora -olvidándote de plegar la ropa o de freír el sofrito macarrónico-, ves como se apoderan de sus espacios, que son los tuyos, exclusivamente para salvarte de otros menesteres más mundanos y terrenales.

No, no son de este mundo. Pero no han tenido otra que adaptarse. Como nosotras. Llevan siglos y siglos de sabiduria ancestral, verde y enraizada a esta Madre Tierra maltratada que duele tanto, como las ausencias humanas más hirientes, más incomprendidas.

Ni al congénere más allegado puedes preguntarle “¿Por qué tocaba ahora su marcha?” Pero a ellas sí. Porque son de la tierra y vuelven a ella. Mil veces. Entre el aire y el agua, equilibrando la vida y la muerte de este planeta. 

Tengo un epipremnum en mi nevera con el que hablo cada día al levantarme, cada noche cuando oscurece. Dueño de mis pensamientos y mis desvelos que, con gracia, crece y crece. 

En nada, serán sus verdosos brazos los que me abrirán la puerta del frigorífico, ofreciéndome zumo de naranja, mermelada y leche.

Y yo, no podré dejar de agradecerle, tres verdes veces: ¡Gracias, gracias, gracias!

 





viernes, 25 de abril de 2025

“ OS ECHAMOS DE MENOS… AMIGOS”

Cuando conoces a alguien no se sabe si será para siempre, para un intermedio o para un ratito.

Con quince años – en el  77 o por ahí, del siglo pasado- sin un duro en el bolsillo, ilusionada por salir de la urbe un par de días, mochila al hombro y sonrisa puesta, calzando mis Chirucas hasta el infinito y más allá…

Éramos un grupo de montañer@s, al que nos unía algo tan frágil y, a la vez tan auténtico, como el trotar montaña a través, todos junt@s pero no revueltos. Bueno… A veces si ( jajaja)

La generosidad, honestidad e integridad montañil, se ganaba compartiendo chocolate con leche  Nestlé y frutos secos, tubos de leche condensada La Lechera,  naranjas de la China valenciana o latas de fabada Litoral robadas de la despensa… ¡Siempre había más de una! ¡Ni cuenta se daban en casa que faltaba una simple lata pedorrera!

¡Se me ha olvidaooo el fuet! Chico…¡Yo traigo un par! Y salta la de las trenzas: ¡Yo llevo chorizo picantón! Compraremos pan en el pueblo, de ese que huele que alimenta. ¡Pues yo traigo un trozo de queso seco que sino es por la navajita albaceteña o multisuiza, acabaremos a hachazos para comerlo! Es que el hacha tampoco podía faltar.

A todo esto… No había  tren que se nos resistiera. En aquella época los trenes iban hasta los topes de mochilas descoloridas, guitarras con cicatrices y cinta americana, hornillos varios Campingaz, sartenes viejas recicladas, cazos blancos y rojos porcelánicos que igual servían para calentar una sopa de sobre o para el café de la mañana, cafeteras italianas  herrumbrosas, colchonetas noto las piedras en mi culo, sacos de dormir de momia o sin ella, tiendas de campaña pesadísimas con sus palos aparte – qué hasta el más despistao se había olvidado de traer-, vientos para no volar por los aires con sus  piquetas y el susodicho martillo de goma. Herramienta de lujo, que iba de mano en mano, más caro que el oro.

De Barcelona a Ribes de Freser, sea para ir a la Vall de Núria, a Bruguera o a La Cubil. Ni móviles ni tablets ¿Ezo que eeee? Libres como el viento. Pantalones de pana rodilleros, jerséis de lana de verdad, calcetines montañeros de la marca “Punto Blanco”, tan largos como las medias de Pippi Långstrum. Los que tenían ahorros de todo un año,  se compraban a plazos, su primera cámara Praktica MTL3, unas botas de montaña Kamet de suela intercambiable con tornillos o una chaqueta Monplay, preparadísima para la lluvia y la nieve.  

A veces de refugio en refugio y tiro porque me toca. Literas con tablas de madera rústica con clavos me pincho toda, sin escalera, de pared a pared. Linternas de petaca porque no veíamos un pijo…¡ Mira el listo con su frontal! ¡Tíoooo, alumbra al suelo, no a los matojos!  El previsor, hacha en mano, ramas en ristre y mechero Zippo cargado. Con un frío que pelaba… ¡Cruje ya, el fuego a tierra! ¡Onde vas con ese tronco gigante! Tod@s en camiseta, casi en pelota picada, ahora asaos como pollos.

Sorbiendo sopa caliente, bebiendo cantimplora de vino peleón, con Cremat de Ron Pujol de postre y cantando Kumbayá total. Suena la guitarra cicatrizada y gritamos desafinados hasta desgañitarnos. 

Ahuyentando soledades, penas, incertidumbres… Compartiendo secretos, risas, descubriendo miradas nuevas, de futuro.

Tan felices, con tan poco. Hasta hoy.

Los que nos quedamos aquí abajo, sabemos que “los inseparables”, ahora volverán a serlo. Pedaleando a tumba abierta, cámara en ristre de constelación en constelación. De universo a universo.

¡Como os hemos querido! ¡Como os queremos!

Os echamos tanto de menos…

 

*Homenaje póstumo a Germán y Agus, allá dónde estéis*

 


domingo, 23 de febrero de 2025

“QUERIDO DIARIO JOSEAN…”

 

Hace mucho tiempo escribía un diario con nombre. Era como si dirigiéndome a alguien de confianza, las palabras, siempre imprecisas e inexactas, fluyeran; sellando la rabia, la pena, el dolor o el olvido.

Por equilibrio mental, vuelvo a ponerlo en mi mercado personal.

Querido diario Josean,

No es una noche cualquiera. Cuando el miedo me atenaza, los intestinos duplican su longitud, las costillas no dan abasto y el corazón se me pone por corbata.

Así me siento. Miedo. ¿A qué tienes miedo?¿A quién demonios puede importarle? El rollo de víctima no me va pero ¿alguien puede entender que una puede estar igual de sola acompañada que sola, solísima por decisión propia? ¿Realmente ha sido la mejor opción? ¿O era mejor seguir “medio acompañada que no entera” por aquello que dicen “que no se puede tener todo”?

Después de una larga relación, una se cree que el congénere te entiende, sabiendo lo que te mueve y lo que no. Hasta una se cree que cuando se vacía diciendo lo que te rompe por dentro, el susodicho estará ahí escuchándote, asimilando e incluso arriesgando a dar ideas al respecto, algún consejo y, a poder ser, con cierta mirada empática….¡Demonio, algooooo!

No sé si lo que más me cabrea es no haberlo visto a tiempo o el no haber hecho caso de mi intuición y haber desaparecido mucho antes.

Desgastada, ninguneada, incomprendida como Calimero. Ya salió la víctima.

 Estoy entre el sentimiento de no haber hecho lo suficiente o que al haberlo hecho, no ha servido de nada.

¿Pero por qué me he de sentir culpable? Sopesé todo. La apatía que me corroía, la tristeza de mirar al otro y no sentir la conexión sagrada, el beso de la mañana que no me sabía ya a nada.

 El desamor avisa y la sociedad manda, incluso en tu hogar, en tu casa. “Si se os veía tan bien” “Hacíais tan buena pareja”  “ Era tan atractivo, encantador y caballero” “Además tú no tenías problemas de esos de que no ayudaba en casa” “Siempre te regalaba flores, bombones y cava” ¿Dónde vas a encontrar una joya así?…”

¿Y por eso tengo que quedármela, yo que no soy de joyas, ni de apariencias? O puede que durante mucho tiempo, si he sido una hipócrita aparente, todo era tan Disney… Pero no. Una se va pudriendo como una manzana hasta que ya no le queda ni el corazón.

Después están esas frases que te recuerdan que “Tú al menos has vivido en pareja, has arriesgado, han habido momentos sublimes y que te quiten lo bailao”

A lo mejor por esa nostalgia, ¿una debía de haber seguido con el congénere? Al fin y al cabo ¡cuántas parejas están así por ello! “A falta de pan, buenas son tortas” o “Más vale malo conocido que bueno por conocer”

En mis pensamientos repetitivos y continuos, intento convencerme que soltar, dejar ir, debería de ser un ejercicio temporal y natural como la vida. Sin resentimientos, sin rabia… Aunque como soy tan humana instintiva animal, no puedo, ni quiero evitar sentir, sentir y ¡Arghhh…Sentir!

Nos creemos tan eternos, tan inmortales… Con el derecho de jugar con eso que llaman AMOR, obligándolo a perdurar en un tiempo que no nos pertenece.

Querido diario Josean… ¡Gracias por el desahogo, leerme, escucharme y no dormirte en el intento!

* Todo parecido con la realidad es pura ficción.

 

 


domingo, 16 de febrero de 2025

“ESA TUERCA NO VA AHÍ…”

 


Todos  rememoramos olores que rozan la pituitaria y catapultan un recuerdo. Abrir un cajón, el de la cómoda del recibidor y el olor a herrumbre de las herramientas de mi padre, corrobora que en todas mis casas nómadas ha existido un cubículo idéntico.

Cuando me ronda una difícil decisión- de esas que te puede cambiar la vida en un santiamén-, tocar el martillo pequeño, rebelde, de cabeza ligera y huidiza, al mínimo golpe… No hace otra cosa que confirmarme la insoportable levedad del ser*.

Pepi, dame otra tuerca, anda”. Y yo buscando una tuerca inexistente, entre ciento de hexágonos oxidados, requeteusada en vidas anteriores. En todas ellas, ese hueco labrado en espiral habría intentado encajar en su tornillo pertinente.

Tuerca ancestral me siento. No encajo. Ya quisiera. Cuando me chirriaban las espirales, un poco de aceite y…¡ Auuu! A seguir. Hasta que tu hogar hace aguas y ya no hay tuerca de acero que lo salve.

¿Cuántos golpes de tuerca  has intentado forzar a lo largo de tu vida?  

 

 

*”La insoportable levedad del ser”, exquisita novela de Milan Kundera, ambientada en plena Guerra Fría (Praga, 1968) narra la incertidumbre, paradoja y contradicciones  que nos regala la vida a través de las vidas entrelazadas de cuatro personajes y su compleja historia de amor.

 


lunes, 10 de febrero de 2025

“MI METAVERSO”


Escuchando a YIRUMA o Yurima (soy disléxica y a todo le doy giros) marcando redobles hasta dónde no los hay. Ha sido una semana de  “Ayyy” en el corazón y en el alma. Sin querer ser melodramática o…¡Qué demonios! Siiiii, ya tocaaaaa.

En mi METAVERSO, saco recoge-emociones, es dónde rebota la mirada sensible con dedos temblorosos, sujetos a un papel de trazos infantiles de un Eduard Sola (Goya al Mejor Guión 2025 de la “Casa en Flames”) dignificando a todas las Madres de este nuestro mundo.

Ahí también se encuentra la alegría sincera y saltarina, del impeterno - hermoso palabro del esperanto- niño curioso, Salva Reina (Goya al Mejor Actor de Reparto 2025) como Felipe, amigo de Manolo Vital en sus luchas vecinales en “El 47”.

Aítana Sanchez- Gijón y sus ojos pardos, brillando apasionados. Traspasando la pantalla y emocionándonos a tod@s. Convenciéndonos de la magia necesaria que otorga el cine y el teatro para sentirnos más humanos y vulnerables.

Un camaleónico Eduard Fernández como“Marco” deseoso de ser alguien reconocido en un mundo dónde no se reconoce a nadie realmente. Y un Manolo en “El 47”, todo humildad, conductor al volante de  los derechos igualitarios de un barrio como hay mil.

LOS INMIGRANTES -como mi padre y mis abuelos- aterrizaron en una Barcelona de sueños por hacer. Mi abuela paterna Anastasia, acabó con su marido en Torre Baró, en una corrala a la que ir, era toda una excursión dominguera para nosotros desde una ciudad que les daba la espalda.

Tant@s mag@s, duendes y hadas que me dejo en el tintero…

Sigo llenando mi saco metavérsico de emociones creativas, auténticas, del no parar de los lápices y pinceles de mi hija, patinando con colores por las aceras de la vida.

 “Músicas sin fin, vestidos al hilo de sus creadores, joyas lúcidas ellas, voces gigantemente dulces, palabras que dicen más de lo que piensas, imágenes de luz y sombras, ojos transparentes en los que te reflejas, cuerpos que hablan solos, manos modeladoras de la nada…”

EMBELLECIÉNDOLO TODO. TODO… Hasta lo más vil, incomprensible, burdo, ruin, racista, xenófobo, cruel, sanguinario, odioso, envidioso, desleal, deshonesto… Y miles de  epítetos más que chirrían de este mundo.

El ARTE, en todas sus facetas, es aquello que cuando lo reconoces en los ojos, las palabras, los gestos, los objetos, las voces, las actitudes, las composiciones, los colores, las lágrimas de los demás…Te iguala. Te baja de los altares aparentes, ficticios para darte de bruces con la realidad.

La que es. La de verdad. La que nos une.

Es lo único que tenemos para luchar contra la barbarie alienante que ya nos acompaña.